La relación entre la ansiedad y el Alzheimer ha sido objeto de diversos estudios. Por un lado, la ansiedad puede ser un síntoma temprano de la enfermedad, especialmente cuando se presenta en forma de inquietud, agitación o preocupación excesiva. Algunos estudios han señalado que la ansiedad en edades avanzadas podría ser un factor de riesgo para el desarrollo de Alzheimer, ya que podría acelerar el deterioro cognitivo. Según un estudio publicado por ScienceDirect, la ansiedad ha sido identificada como un síntoma frecuente en las etapas iniciales del Alzheimer, aunque los mecanismos neurobiológicos que subyacen a esta asociación todavía no se comprenden completamente.

Por otro lado, a medida que la enfermedad avanza, la capacidad de la persona con Alzheimer para procesar información y entender su entorno disminuye, lo que puede incrementar la sensación de miedo y desorientación. Esto puede derivar en episodios de ansiedad que, a menudo, se manifiestan como irritabilidad, agresividad o agitación. En muchos casos, la ansiedad es una respuesta a la percepción de pérdida de control y a la confusión causada por el propio deterioro cognitivo.

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