La enfermedad de Alzheimer tiene diferentes fases, que van de más leves a más severas. En las primeras fases, las personas pueden tener problemas leves con el vocabulario y con recordar algunas palabras. Sin embargo, en etapas intermedias y avanzadas, estas dificultades se intensifican, haciendo que incluso conversaciones simples se vuelvan confusas. Es común que recurran a palabras familiares de su lengua materna si aprendieron otros idiomas después, y que empleen expresiones incorrectas o repitan frases, dificultando la comunicación a la hora de expresar malestar, o algunas necesidades, que a su vez pueden generar agitación o enfado en la persona con Alzheimer.
A medida que el Alzheimer avanza, el deterioro en áreas cerebrales responsables del lenguaje, como el área de Wernicke y el área de Broca, conduce a una disminución en la fluidez verbal y en mayores dificultades para construir frases completas. Esto puede resultar en problemas de comprensión y en una mayor dependencia de señales no verbales para comunicarse.